Le Foulonné, lanzado por primera vez en 1978, debe su nombre a la palabra francesa que significa «tamborileado», en referencia a la técnica mediante la cual, después del curtido, la piel se pasa por un tambor giratorio para realzar su suavidad y revelar su grano natural. El resultado es un cuero que no solo es extraordinariamente flexible y sensual al tacto, sino también soberanamente duradero: una piel que, indudablemente, solo mejora con el tiempo.