Del encuentro entre dos Maisons emblemáticas del mundo del estilo y del savoir-faire nace una colaboración transmancha, audaz e inspiradora. Longchamp colabora con Gloverall, la legendaria marca británica creadora de las icónicas trencas, para una colección cápsula inédita. Con motivo de esta ocasión, se instala durante un mes un pop-up inmersivo en Liberty London, templo de la moda y el diseño británico, para celebrar la alianza entre la elegancia parisina y el espíritu londinense.
Herencia inglesa, artesanía parisina
Por primera vez, Longchamp y Gloverall cruzan sus universos en torno a dos piezas emblemáticas: el bolso Le Roseau y la trenca. Una alianza entre París y Londres, entre la tradición artesanal y la modernidad creativa. La historia comienza después de la Segunda Guerra Mundial. En 1951, en Londres, Harold y Freda Morris transforman un stock de excedentes militares en trencas de lana y crean Gloverall, redefiniendo el abrigo por excelencia: lana de doble cara, forro de cuadros italianos... Lo utilitario se convierte en moda. En París, Jean Cassegrain funda Longchamp en 1948, revistiendo las pipas con piel delicada. Esta colaboración celebra un lenguaje común: la excelencia del savoir-faire, el amor por los materiales excepcionales y el gusto por un estilo atemporal.
Dos piezas icónicas reinterpretadas
En el corazón de esta colección, el bolso Le Roseau se viste con la lana característica de Gloverall. Su cierre de bambú, rediseñado en madera de arce sin tratar, evoca los cierres tradicionales de la trenca. Con sus tonos sobrios, azul marino o nuez moscada, y su forma estructurada, encarna un equilibrio perfecto entre comodidad y sofisticación. Otra creación emblemática: la trenca Longchamp x Gloverall. Confeccionada en los históricos talleres de Gloverall en el Reino Unido, presenta un corte amplio, capucha envolvente y cuello alto. El forro a rayas, un discreto guiño a las camisetas "marinière" francesas, sustituye al clásico tartán. Un abrigo pensado para mujeres libres y elegantes, a imagen y semejanza de los iconos que lo han lucido: desde Brigitte Bardot hasta Alexa Chung. El vínculo entre ambas piezas va mucho más allá. El cierre del bolso Le Roseau, inspirado en 1993 en los cierres de la trenca marinera, vuelve hoy a sus orígenes. Treinta y dos años después, Longchamp y Gloverall firman juntos dos nuevos clásicos contemporáneos, listos para viajar por las calles de París y Londres.