

La Maison Unique, un escaparate reimaginado de Longchamp en el corazón del Soho
Una visión audaz de Thomas Heatherwick, en la encrucijada del arte, la arquitectura y el legado de la Maison.
El 20 de abril de 2025, el la boutique insignia de Longchamp en el Soho de Nueva York vuelve a abrir sus puertas, y no se trata de una simple reapertura. Es un renacimiento, de la mano de Thomas Heatherwick. Diecinueve años después de diseñar La Maison Unique en 2006, el arquitecto y diseñador británico vuelve al lugar donde empezó todo. Juntos, Longchamp y Thomas Heatherwick reescriben la historia de un lugar en el corazón de Manhattan. Esta nueva versión le impulsa de forma audaz hacia el futuro. Tras la fachada, le espera un viaje visual y sensorial. El arte se une al diseño, el legado se entrelaza con la innovación. Obras inéditas, piezas icónicas y el alma de Longchamp en cada rincón. Esta boutique insignia es más que una tienda: es un manifiesto vibrante y creativo.

Idear un concepto innovador a la altura de la historia de la Maison
En 2006, para su boutique número 100, Longchamp confió a Thomas Heatherwick un gran reto. ¿El espacio? Un antiguo loft de 1936, en 132 Spring Street. Un espacio abierto de 800 m² listo para transformarse. ¿La visión? Crear La Maison Unique, una boutique insignia que redefine la experiencia de compraventa y desafía los códigos existentes. Thomas Heatherwick respondió con un gesto arquitectónico espectacular: la escalera Le Paysage en el centro de la tienda, una escultura envolvente de 55 toneladas de acero laminado en caliente, desplegada en cintas fluidas y pasarelas suspendidas, que une la estrecha entrada de la planta baja con la inmensa primera planta. Se eleva en un vacío vertical excavado en el corazón del edificio, coronado por un tubo de luz que inunda el espacio y guía de forma natural a los visitantes hacia las alturas. Todo está pensado. El techo se recorta y desciende para formar zonas de exposición. Las balaustradas recuerdan a los parabrisas. Arquitectura y artesanía se unen en una sorprendente mezcla. Se añade una tercera planta: un luminoso showroom y una terraza ajardinada.
En 2025, Longchamp recurrió de nuevo a Thomas Heatherwick para reinventar este edificio emblemático.
La renovación formaba parte de un proyecto más amplio para reimaginar la tienda como una experiencia emocional y sensorial. El diseño renovado rinde homenaje a la audacia de 2006, al tiempo que adopta los códigos contemporáneos. La característica escalera renace en un tono verde Lumière, el color distintivo de la Maison. Los peldaños de caucho suavizan la subida, haciéndola casi meditativa, como un paseo por una colina. Arriba, el espacio evoca la calidez de un salón. Alfombras en espirales verdes cubren el suelo y trepan por las columnas, como si el color goteara del techo. El ladrillo visto evoca la esencia industrial del Soho. Un toque de refinamiento parisino: un sofá croissant de Raphaël Raffel, sillas Fermob estilo Jardin du Luxembourg, muebles curvados a medida de Heatherwick Studio, esculturas de roble del artista David Nash. La luz natural inunda el espacio despejado, las vistas a la calle se abren y el corazón de la boutique insignia se convierte en un lugar de descubrimiento. Los detalles inesperados coronan la experiencia: un jinete Longchamp de neón verde ilumina una pared para aportar un toque pop; los grafitis de André en los ladrillos de la planta baja añaden personalidad. Esta metamorfosis es una declaración deslumbrante: la boutique insignia del Soho es más que nunca un espacio vivo, un reflejo de la energía creativa de Longchamp.
